La palabra “isla” suele traernos a la
mente la imagen de un trozo de tierra de aspecto paradisíaco, con palmeras y
playas donde tomar el sol y descansar de la rutina. Sin embargo, existen muchas
islas que no se ajustan a esta idea: extensiones enormes de tierra cubiertas en
su mayor parte por hielo, como Groenlandia; países
isleños que lograron obtener un imperio importantísimo en los siglos XIX y XX,
como Reino Unido; e islas que, como Manhattan, constituyen el centro de grandes
y ajetreadas ciudades, completamente alejadas de esa idea de descanso y
tranquilidad con la que las solemos asociar. Algo parecido ocurre con la ciudad
de Venecia, en el noreste de
Italia, que está integrada por 118 pequeñas islas unidas entre sí por 455
puentes, si incluimos las islas de Murano y Burano.
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Plano de Venecia en el siglo XVIII. Establecido por Henri Chatelain en 1719 |
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Vista aérea del Puente de la Libertad |
Lo primero que llama la atención cuando
uno llega a Venecia es, precisamente, el lugar de acceso: sólo existe un puente
que conecta la isla con el continente. Este, rebautizado como Puente de la
Libertad después de la Segunda Guerra Mundial, fue inaugurado en 1933 por
Benito Mussolini, y cuenta con una autovía y vías de ferrocarril. Anteriormente
sólo existía un puente ferroviario construido por el Reino Lombardo-Véneto en
1842. Esto significa, por tanto, que el único modo de acceder a la isla antes
de mediados del siglo XIX era por barco. A pesar de esta aparente dificultad,
Venecia constituyó una de las potencias más importantes de la Edad Media y,
gracias a su posición estratégica, logró dominar el comercio con los países
orientales como China e India.
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Plaza de San Marcos durante una de las inundaciones periódicas
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Aun así, sigue siendo sorprendente el
hecho de que hubiera un grupo de personas que decidiera asentarse precisamente
en ese lugar surcado por canales y en el que es difícil mantener las
condiciones de salubridad por las habituales inundaciones y subidas de marea. Parece
ser que fueron justo el componente de aislamiento que caracteriza a cualquier
isla el que llevó a romanos que habitaban en tierra firme a colonizar la isla
en el siglo V, huyendo de las invasiones de los bárbaros. En la actualidad, la
población estimada total de la Comuna de Venecia (que comprende 118 islas de la
Laguna Véneta y el territorio circundante, con las municipalidades de Mestre,
Marghera, Favaro-Veneto y Mestre Oeste) es de 271000 habitantes, de los cuales
90000 viven en la zona insular. Sin embargo, las calles y canales venecianos
soportan en realidad un número mucho mayor de personas, especialmente en
temporada alta, ya que la fama de bella y romántica que tiene la ciudad no pasa
desapercibida para millones de turistas de todo el mundo. Los visitantes se agolpan
a la entrada de la de San Marcos,
pagan grandes cantidades por un paseo en góndola por los canales de Venecia y
forman una masa en las calles llenas de puestos de souvenirs, muchas de ellas
cercanas al Gran Canal que atraviesa la isla.
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Atasco de góndolas en un canal veneciano
No obstante, en el fondo, Venecia sigue
siendo una ciudad como cualquier otra y necesita servicios básicos para poder
mantener a su población. Estos no pueden proporcionarse por la vía usual,
puesto que está prohibida la circulación de todo tipo de automóviles e incluso
de las bicicletas. Así, las ambulancias, los taxis, los coches de policía, los
camiones de bomberos y los de recogida de basuras son todos distintos tipos de
embarcaciones. Todos los suministros de los comercios son traídos en barco, y
si los ciudadanos quieren utilizar el transporte público utilizarán el vaporetto, un autobús flotante en el que
no es extraño ver a los habitantes de la ciudad con carritos para hacer la
compra en algún supermercado. La población infantil suele habitar en zonas más
alejadas del centro, como el barrio de Cannaregio, en el que se localizan
varios colegios e institutos. También cuenta Venecia con tres universidades:
Università IUAV, Venice International University y Università Ca'Foscari. Esta
última tiene su sede en un palacio de los muchos que hay por toda Venecia, y fue
la primera Business School de Italia
(1868).
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Bomberos venecianos de servicio |
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Servicio de recogida de basuras en Venecia |
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Ambulancia acudiendo a un domicilio |
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Mapa de los sestieri de Venecia |
El sestiere
en el que se encuentra Ca'Foscari, Dorsoduro, es por ello una de las zonas
preferidas para vivir por los estudiantes y la más animada de Venecia. Existen
otros cinco sestieri o distritos en
Venecia: el ya mencionado Cannaregio, Castello, San Marco, San Polo y Santa
Croce. Esta subdivisión urbana se remonta a los orígenes de Venecia. La
numeración es única para cada sestiere, y alcanza números de cuatro cifras. Esto
lleva a que haya el mismo número en diversos lugares a poca distancia uno de
otro. De esta manera, ubicarse por las calles de Venecia puede resultar
bastante complicado, puesto que además el callejero de la ciudad es bastante
complejo.
De todas formas, muchas veces la mejor
manera de disfrutar de la ciudad es perderse por sus innumerables calles y
callejones, que en Venecia pueden ser de muchos tipos: fondamenta, ruga, salizzada, ramo, sotoportego… Explorando, podemos
llegar al primer ghetto que se creó
en el mundo, instituido en 1516 para aislar a los judíos que habitaban ya en
Venecia en los tiempos en que Shakespeare escribió El mercader de Venecia. Podemos encontrar muchísimas iglesias, no
tan famosas como San Marcos, pero de indudable belleza. Podemos contemplar el
contraste entre las vistas marítimas que ofrece la navegación por la Laguna
Véneta y las cumbres nevadas de los Dolomitas que se vislumbran en el horizonte.
Todas estas cosas, y muchas más, se pueden descubrir en este trozo de tierra
rodeado de agua que ha sido testigo a lo largo de muchos siglos de la evolución
de una cultura y una civilización que hoy en día nos sigue fascinando.
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Atardecer en el sestiere Cannaregio |
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