Seguramente a Chuck Noland (Tom
Hanks en Náufrago) se le quedaría
esta cara al enterarse de la nueva moda: las islas privadas.
La línea telefónica mediante satélite y las nuevas posibilidades de construcción junto con la energía solar y los avances en desalinización convierten el árido mundo de Chuck en un lugar de ensueño para multimillonarios de la talla de Leonardo Di Caprio, Johnny Depp o el ruso Roman Abrahamovich cuya isla le costó 14 billones de dólares.
Pero, por supuesto, quién se lleva el premio a la
extravagancia es Bill Gates con su isla de 56 billones de dólares.
Johnny Depp: Isla que forma parte del archipiélago
Ekzuma
Mel Gibson: la isla
de Mago
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